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IMBOLC

La ciudad de Imbolc siempre ha sido grande, para algunos más grande que Samhain. Tumultuosa y acaudalada, era un importante centro de comercio antes de la Caída, lo que le ha permitido seguir funcionando prácticamente igual después del cataclismo. Dignatarios viejos y políticos que no querían ya formar parte de los excesos y decadencias de la Corte del Emperador se retiraban en Imbolc, a menudo convirtiéndose en profesores del Colegio Imperial de Ciencias Políticas. No obstante, Imbolc no estaba preparada para convertirse en la Corte Imperial de la noche a la mañana.

LA AVENIDA DE LAS VIEJAS GLORIAS

Así llamaba la gente de Imbolc 'cariñosamente' a la avenida que conecta Puerta de Samhain, la entrada principal de la ciudad, con la Plaza del Atardecer, donde se encuentra la que hasta hace poco era Alcaldía de Imbolc y ahora es Palacio Imperial de Sidhe. Hasta esta transformación, era el paseo por el que se contoneaban políticos retirados y viejas glorias del Imperio: Ahora, un número de edificios institucionales, como juzgados, departamentos de gestión y cualquier otro edificio de la Avenida con cierto porte palaciego se han convertido en cortes improvisadas donde la guerra política de Imbolc tiene lugar.

La mayoría de estos edificios eran hermosos, hechos de piedra blanca y reluciente que el Sol hacía brillar como si estuviesen hechos de promesas. Con la Caída, tanto la Avenida como sus edificios son oscuros y cenicientos, y parecen emanar tristeza de la misma forma y con la misma frecuencia con la que sus lúgubres salas se empapan de la sangre de sus autodeclarados señores. En la ciudad, a la 'Avenida de las Viejas Glorias' se la empieza a conocer con el nuevo apodo de 'Mal Portento'.

DISTRITO ACADÉMICO

Quizás la parte más conocida de Imbolc en el mundo entero sean sus academias, o Colegios Imperiales. Grandes edificios barrocos, recargados y decorativos - a menudo proyectos ambiciosos llevados a cabo por el Colegio Imperial de Arquitectura - el Barrio de los Colegios es un pequeño país dentro de sí mismo. Bibliotecas, academias, casas comunales y pequeños barrios residenciales se suceden como un intrincado laberinto donde ni siquiera los residentes más antiguos están a veces seguros de hacia dónde ir para encontrar tal o cual cosa. Un joven con dinero o un noble deseoso de conocimientos puede aprender prácticamente cualquier oficio que se le ocurra, ya sea a nivel teórico o ejecutivo.

Siempre ha existido el rumor de que existe un "Colegio Imperial de Magia", pero desde la Caída de Samhain los académicos guardan un silencio sepulcral al respecto y castigan a los estudiantes que se atreven a mencionarlo o a hacer preguntas al respecto. La magia no gusta en Imbolc, y si quieren seguir existiendo, los Colegios Imperiales deben acatar la voluntad de la nueva Ciudad Imperial.

MONTE VIEJO

Lejos del bullicio de los Colegios Imperiales, el barrio de Monte Viejo es donde nobles, intelectuales y pensadores establecen sus residencias, acompañados de las mansiones y sedes de cofradías comerciales. En sus cuidadas mansiones y pacíficos jardines también la guerra política de Sidhe florece. Además de residencias y mansiones, en Monte Viejo se dan cita diversos edificios como teatros y palacios de la música, antes un símbolo claro del poder de sus gentes, ahora un blanco predilecto para las cada vez más enfurecidas clases bajas.

Los nobles empiezan a perder poder cuando no están demasiado ocupados perdiendo la vida, y todo ese poder lo atesoran las Casas Comerciales que son lo suficientemente inteligentes como para emplearlo para reducir el descontento de la gente y apuntarlos a su causa. Monte Viejo era uno de los distritos más seguros del país, del Imperio, del mundo hace algún tiempo; ahora es uno de los más afectados por el caos imperante, incluso aunque sus habitantes se esfuercen en que no lo parezca.

LA GRAN ARENA

Hace muchos, muchos años, uno de los Emperadores mandó construir un enorme coliseo entre los barrios bajos de la ciudad y Monte Viejo, accesible para todas las castas sociales (Lo que no quiere decir que la desigualdad no esté presente en su interior). Los habitantes de Imbolc pueden acudir dos o tres veces por semana para deleitarse con violencia, muerte (Aunque no tanta como los dueños de la Gran Arena hacen creer al público) y apasionantes combates por la supervivencia. "Es una forma interesante", escribía un Emperador, "de mantener a la gente contenta. Solo se pierden un puñado de vidas al mes, pero, ¿Qué es una vida cuando se compara con el mantenimiento de la paz?"

Los combates en la Gran Arena tienen un carácter mayormente voluntario. Por supuesto, se da la ocasional ejecución velada, en la que un preso condenado a muerte (En los últimos días, a menudo un preso político) es arrojado a la pista central para ser eliminado con brutalidad por un número de monstruos (rara vez se usan animales salvajes) que, con suerte, luego pelearán a muerte por sus restos. Pero los espectáculos que atraen más al público son los combates de gladiadores; y aunque algunos gladiadores, sobre todo provinientes de Shadraath, son esclavos, la mayoría son hombres libres que deciden luchar en la Arena. El gran juego de las apuestas es una pequeña sub-economía en la ciudad de Imbolc, especialmente entre las clases bajas. Los gladiadores son bastante queridos por la gente, y aunque en general se trata de evitar que se produzcan muertes, cuando esto sucede acaba siendo la comidilla de toda la ciudad. Un buen gladiador gana una cantidad nada negligible de dinero, también, dado que normalmente se le ofrece un porcentaje de las apuestas a su favor que, aunque es pequeño, significa una cantidad importante de dinero.

A menudo la Gran Arena también es el escenario de duelos personales entre dirigentes o figuras públicas, algunas veces a muerte, pero no suelen despertar tanta atención como le gustaría a los contendientes. Por último, otro espectáculo frecuente es el de cuando un gladiador se enfrenta a diferentes monstruos por separado o al mismo tiempo. Es una práctica arriesgada, ya que los monstruos a menudo no tienen piedad, pero cuando un (buen) gladiador se enfrenta a un wyvern o una mantícora y no sale hecho pedazos (lo cual es más frecuente de lo que a los gladiadores les gustaría admitir), puede ganarse una cantidad importante de fama, y un jugoso extra en su próxima noche de apuestas.

Normalmente la Gran Arena ofrece un gran espectáculo cada dos semanas, y pequeñas noches con uno o dos combates cada pocos días.

BARRIOS BAJOS

Incluso en una ciudad tan pulcra y preocupada por las apariencias como Imbolc debe existir un barrio destinado a la gente que no puede permitirse nada mejor.

Los barrios bajos de Imbolc son afortunadamente poco tumultuosos, ya que una gran cantidad del crimen casual, organizado y mercantil del país se concentra en la ciudad de Danae. Es escenario de diversas revueltas sociales, como suele suceder cuando existe un cisma social tan grande en una ciudad donde mucha gente tiene acceso a la educación. A menudo estas revueltas llegan a las manos, lo cual es el motivo de que entre la Gran Arena y los Barrios Bajos haya dos prisiones, una guarnición del Ejército Imperial y el rumor de que los presos especialmente recalcitrantes acaban convirtiéndose en un número de circo en la Gran Arena tarde o temprano.