Las Cenizas de Samhain
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Mensaje por Azhi Dahaka Mar Mayo 13, 2014 2:21 am

(...) "Los humanos, soberbios y altivos, decidieron que la tierra era de su pertenencia, y la colonizaron de manera irregular y desordenada, pero firme. Considerándola suya, la maltrataban como les placía, esquilmando los recursos que tenían a su alcance y contaminando todo aquello de donde tomaban algo. Esto enfureció a los elfos, que eran todavía los señores del continente, artífices del delicado equilibrio que aquellas burdas criaturas alteraban con su mero toque, y descendieron de los montes y los bosques y cayeron sobre los humanos con arcos y flechas, lanzas y espadas, matando a cientos.

Subestimaron los grandes poderes de los humanos, sin embargo, pues aunque eran más torpes que la Vieja Estirpe, menos longevos y cultivados, y sabían poco del equilibrio y sus pormenores, eran hábiles en reproducirse, en odiar y en perseverar. Y así sucedió que la rabia y el fuego vengador de los elfos se vio ahogado por la tempestad humana, y tuvieron que retroceder y ocultarse, lamiéndose las heridas. Fue entonces cuando acudieron a las puertas de los enanos, que contemplaban el conflicto sin decidir si debían tomar parte de él. Los enanos refugiaron de buena gana a los elfos en sus ciudades, y sin saberlo incurrieron en la ciega ira de los humanos, que generación tras generación se diluía, pero nunca jamás cesaba."


-- "La Caída de la Vieja Estirpe", por Addran-Khaled, historiador gnomo.

ZUL THAARA

Perdida entre las montañas a las que los humanos llaman Al Baab y los enanos Karag-al Zhuul, la ciudad de Zul Thaara es prácticamente invisible; no hay carreteras que lleven hasta ella, ni indicaciones acerca de su localización. Está lo suficientemente al norte como para que las Cenizas de Samhain ayuden a mantener su secreto. Los montañeses que dan con su ubicación, normalmente por accidente, no vuelven a ser vistos nunca, y las expediciones de castigo encargadas de localizarla son diestramente despistadas o diezmadas, volviendo a sus países de origen con las manos vacías.

En origen, el Crag de Thaara era una ciudad enana, semisepultada en las profundidades de las montañas, con mucha más vida subterránea que bajo la luz del Sol. Tras acoger a los elfos, hace generaciones, la ciudad se dividió en dos zonas claramente diferenciadas; el barrio elfo y el barrio enano, o como le dicen algunos, Bajo Thaara y Alto Thaara. Debe mencionarse que estas zonas no son fijas, y que a lo largo y ancho de las montañas hay plataformas de tierra aparentemente inaccesibles en las que se asientan pequeñas zonas residenciales, templos, armerías y todo tipo de edificios, de forma que casi se puede decir que toda la cordillera es el territorio de Zul Thaara y no equivocarse demasiado.

BARRIO ELFO

Los esplendorosos elfos de Ardhra Thaien edificaron al otro lado de los muros del Alcázar enano una fructífera ciudad muy al gusto de la Vieja Estirpe, con edificios sencillos y espirituales, arboledas y, sobre todo, magia. Ardhra Thaien, que es como los elfos llamaban a la ciudad y como ahora llaman al 'barrio elfo', es un lugar vibrante de magia, donde casi cada objeto parece tener vida propia y entremezclarse con los patrones que lo rodean.

Cada edificio del barrio elfo es tan distinto de los demás que resultaría difícil describir la arquitectura del lugar en su conjunto. Los elfos de Zul Thaara no provienen todos del mismo sitio, y son una gente muy dispar, distinta en sus costumbres, su arquitectura y sus creencias, normalmente amistosa entre sí, aunque no son infrecuentes los conflictos entre la Vieja Estirpe. No obstante, respetan la hospitalidad y la generosidad de sus aliados enanos, y ayudan en todo lo posible a la prosperidad de la ciudad con su magia, sus herramientas y su inmortal sabiduría.

BARRIO ENANO

Zul Thaara es un Crag, una fortaleza militar enana, y los enemigos a los que los enanos temen no son los elfos ni los humanos, sino las terribles criaturas que se arrastran por las entrañas de la tierra, como sombras, kóbolds y hombres rata. No obstante, la amenaza humana es tan tangible e inmediata que resulta difícil ignorarla. Afortunadamente, gracias a la ingeniería enana, Zul Thaara no es fácilmente accesible por tierra, y haría falta una expedición de montañeros expertos para encontrar un acceso practicable. En su lugar, las extensísimas galerías subterráneas de la ciudad - que son llamadas el barrio enano a pesar de que, técnicamente, toda la ciudad es el barrio enano - hacen las veces de acceso a la ciudad, a través de sus interminables corredores, minas, galerías y accesos. Donde los humanos solo ven una cueva, los enanos tienen una muy difícil de ver entrada a su laberíntico reino.

En el interior de los muros de Zul Thaara, este reino da comienzo en el edificio conocido como La Grieta, un imponente palacio de la estructura angular y sólida que los enanos parecen imprimir a todo lo que hacen, y que sirve tanto como 'sede de gobierno' de la ciudad como de acceso a la primera Gran Caverna, de la que parten todas las galerías y caminos que conforman el notorio imperio subterráneo enano.

Se dice que si uno conoce bien las galerías, puede caminar desde Samhain hasta Vandea sin ver la luz del sol en ningún momento. Con la Caída de Samhain, el gran problema que esto ha supuesto para Zul Thaara es que ahora una parte importante de las galerías del norte caen dentro del influjo de la Pesadilla, y no es infrecuente que criaturas horrendas e imposibles presionen las defensas enanas como lo harían los kóbolds o las bestias rata. En cualquier caso, las galerías enanas son cuadradas y resistentes, y en sus inmensas plazas pueden encontrarse distintos asentamientos en los que florece una sorprendentemente numerosa población enana, que trabaja sus minas sin descanso y, aunque a veces se embarque en las cruzadas de los elfos contra la raza humana, se muestra normalmente equilibrada y amistosa, aunque jamás verás un enano enseñarle a un humano dónde está su ciudad.

EL GRAN ÁRBOL

Una especie de "zona común" que pertenece a todas las razas al mismo tiempo es una de las plataformas de tierra perdidas entre las montañas, inaccesible en apariencia excepto a través de una ancha galería que la une directamente con el Corazón de la Tierra. En esta plataforma, los elfos, como símbolo de su gratitud a los enanos por permitirles el uso de su ciudad, plantaron un árbol que en el espacio de unos pocos años ha florecido para convertirse en un gigantesco símbolo de amistad.

Bajo el Gran Árbol, elfos y enanos gobiernan conjuntamente la ciudad, deciden los objetivos que desean para ella y resuelven las disputas y rencillas que puedan tener entre ellos, muy a menudo en combate (Siguiendo la máxima enana de que 'si estás enfadado con alguien, lo mejor es darte unas cuantas patadas con esa persona'). También es el lugar donde se encuentra la cervecería y destilería central de los enanos, un edificio solemne y majestuoso que todos los enanos contemplan con un fervor que sería la envidia de cualquier religión. Se considera que la zona del Gran Árbol, en definitiva, es un lugar donde resolver diferencias, acercar posturas y ahondar en la alianza de estas dos peculiares especies, que hasta ahora se han traido bastante beneficio mutuo.

DISTRITO DUNHOINE

"Dunhoine" es el nombre que le dan los elfos a 'los que no son como ellos'. Es una palabra despectiva, pero sirve para ilustrar el propósito de este distrito, que en realidad es un complejo formado por unas cuantas de las plataformas de terreno que conforman la peculiar disposición de Zul Thaara. El distrito Dunhoine es el hogar de los demás; aunque no siempre se les trata con desprecio, está claro que gnomos, orcos, goblins y en general todas las criaturas que tienen inteligencia y solicitan refugio formal en la ciudad (pero no son elfos ni enanos) no encajan bien con la tónica de Zul Thaara, y si bien, como ya se ha dicho, no se les margina abiertamente (Aunque el carácter altivo de los elfos pueda hacerles sentir excluidos socialmente a menudo), tampoco hacen un gran esfuerzo por incluirse en el resto de la sociedad.

Por ello, el distrito Dunhoine hace las veces de suburbio o barrio bajo de Zul Thaara, si bien el crimen, que no es muy frecuente, suele estar dirigido exclusivamente contra una raza: Los humanos.

Efectivamente, hay humanos en Zul Thaara, aunque la mayoría de ellos desearían no estar allí. Cualquiera que intente descubrir el secreto de Zul Thaara y viva para contarlo acaba siendo tomado como 'esclavo'; si bien no le espera una vida tan dura como si fuesen prisioneros del Yugo, está claro que no pueden aspirar a una elevada simpatía por parte de sus patrones, y se espera de ellos que trabajen duro, se quejen poco y disfruten de la libertad que se les deja a cambio. Esta libertad se limita a libre acceso a través del distrito Dunhoine, ya que no pueden acceder a otras partes de la ciudad a no ser que tengan un permiso explícito. Los humanos son considerados escoria en términos generales, de forma no muy diferente a cómo un elfo podría ser tratado en una ciudad humana. Algunas veces, los humanos 'esclavos' se agrupan entre ellos para tratar de escapar de su confinamiento, revolverse contra la autoridad de la ciudad o simplemente protestar de algún modo contra sus cadenas: Es inútil en todos los casos. Una vez que un humano es traído a Zul Thaara, nunca se le permite abandonarla voluntariamente.

EL PUERTO DE ZUL

Una ciudad como Zul Thaara no puede abastecerse simplemente de lo que produce, aunque esto sea abundante.

Elfos y enanos son conscientes del valor que tienen para los humanos las cosas que solo ellos saben producir, como la plata negra de los enanos, la joyería élfica, o los objetos encantados. Por ello, aunque no sin cierto pesar, comercian con el resto del Imperio, especialmente con Shadraath, que es la región más laxa y permisiva hacia ellos. Al carecer de rutas de tierra, lo más frecuente es que mercaderes y navegantes saquen de Zul Thaara sus productos a través del Puerto de Zul, que no es muy grande y no suele estar frecuentado por nadie, excepto mercaderes elfos y enanos que saben bien adónde dirigirse para dejar valiosas mercancías necesarias para la ciudad.

El puerto de Zul está situado al pie de un acantilado, en lo que parece ser la mitad de ningún sitio, en el interior de una gran caverna natural de acceso complicado. En el interior de esta caverna, un maravilloso ingenio enano une el embarcadero con la ciudad principal: El Gran Elevador de los enanos. Todo el cargamento de un barco puede trasportarse de una sola vez en este maravilloso artilugio, que funciona a base de carbón. De esta manera, aunque se asemeje más a un puerto de contrabandistas que a uno comercial, Zul Thaara puede ser abastecida, y sus habitantes tienen acceso a mercancías que sería imposible producir en la propia ciudad.
Azhi Dahaka
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